La cocina margariteña siempre ha girado en torno a los productos
del mar; pescado, crustáceos y moluscos.
Puede hablarse del sancocho o hervido de pescado como el plato más
tradicional del estado, siendo condición indispensable que lleve plátano tierno
o topocho y ají dulce, que es el condimento más importante utilizado en la
cocina regional.
La empanada de
cazón es por sí uno de los platillos más solicitados de la
gastronomía margariteña, tanto por su exquisito sabor como por su
popularidad, ya que puede conseguirse en cualquier calle de todos los pueblos
neoespartanos.
Cada pueblo de Margarita tiene sus propias maneras de aderezar y preparar
la comida, sin que esta cambie en el fondo, sino simplemente en pequeños
detalles que hacen resaltar las cualidades o bondades de algunos ingredientes.
El corocoro, se tiene desde los tiempos de la independencia como el pescado del
pueblo margariteño, así lo testimonia Francisco Javier Yánez, en su historia de
margarita . El carite, la sardina, la carachana, los pargos y meros, el jurel,
el sapo de piedra, son los peces que con más frecuencia consume el pueblo
neoespartano.
El chipichipi y el Guacuco son los moluscos de mayor tradición en
la cocina neoespartana, preparándose en consomés o bien acompañados con arroz,
o en tortillas. Puede decirse que el erizo de mar, es una verdadera
especialidad de la gastronomía insular, pero lo escaso de su producción limita
su consumo.
La carne de chivo, por la abundancia de su cría, fue la de mayor
consumo en el Estado en años pasados, hoy su consumo es menor que la carne de
vacunos.
Dulcería
Neoespartana
Es muy variada
basándose en frutas, tales como dulces, conservas, jaleas y turrones, como los
de coco, piña, chaco, lechosa. Para aquellos que tienen especial interés en la
dulcería regional, no pueden dejar de visitar la localidad de Fuentidueño,
donde encontrarán el dulce emblemático de Margarita, como lo es el Piñonate,
especie de conserva de lechosa y naranja que resume el arte de la
transformación de frutas en delicioso dulces. Para los amantes de los panes y
afines, en La Asunción, a media cuadra de la Plaza Bolívar, existe una
tradicional panadería donde pueden conseguir rosquitas cubiertas, la peculiar
galleta de vieja, los esponjosos saboyanos y los panes de leche y aliñados, que
son una caricia para el paladar.
Quienes buscan la verdadera
tradición en los dulces Margariteños, la encontrarán en la población de La
Sierra, único lugar de la isla donde elabora la exótica arepa "e
vieja", solamente disponible durante las festividades de la Virgen del
Valle.